Los meses de abril y mayo han sido particularmente importantes puesto que se llevaron a cabo dos foros -quizás los más relevantes para aquellos que, como yo, son amantes de la protección de datos personales y la propiedad intelectual: la Cumbre Global de la International Association of Privacy Professionals – IAPP Global Privacy Summit y la Conferencia Anual de la International Trademark Association – INTA Annual Meeting.

Por alguna extraña razón, he tenido el agrado de coincidir con varios colegas con los que había trabajado en temas de propiedad intelectual pero ahora en materia de privacidad y protección de datos. Realmente ha sido un placer encontrarme con conocidos de hace tiempo y saber que también se están especializando en la materia en una época en la que se requiere con urgencia de personas interesadas, autoridades, profesionales, académicos, etc. y, sobre todo, en nuestra región en donde la legislación se está desarrollando, como en el caso de Chile y, en otros casos, donde se está actualizando, como en el caso de Argentina.

Como todos sabemos, el desarrollo de las comunicaciones y las tecnologías de la información ofrece muchos beneficios para todos. El tratamiento y manejo de datos en todo el mundo es ahora posible con sólo un clic. Sin embargo, todos estos beneficios también vienen de la mano de grandes riesgos que deben tenerse en cuenta por las empresas de tecnología, los gobiernos, políticos y consumidores. Como Brad Smith de Microsoft mencionó hace algunas semanas, tras el lamentable hecho de WannaCry, "la ciberseguridad se ha convertido en una responsabilidad compartida entre las empresas de tecnología y los clientes". Es por ello que me atrevo a decir que éste es el momento en el que varios podemos salir de nuestras zonas de confort y explorar materias nuevas para nuestra región, como la que ahora nos ocupa.

Estamos en una era en la que la realidad ha superado la ficción. Las cosas que pensábamos que eran sólo parte de una película de ciencia ficción están pasando y están siendo superadas. Tenemos que actuar rápidamente y abordar la tecnología y la innovación de una manera en la que se considere a la privacidad y la protección de datos. Es difícil pensar que la legislación puede mantenerse al día con la innovación, pero las empresas de tecnología y los innovadores sin duda pueden considerar -por diseño y por defecto- la privacidad y la protección de datos en sus creaciones.

Aunque la privacidad y la protección de datos se consideran derechos fundamentales en muchas de las constituciones de América Latina, los marcos legales que resulten de ellas no deben ser tan estrictos como para disminuir el desarrollo y la innovación en nuestros países, pero tampoco lo contrario como para olvidarse de la importancia del derecho fundamental. Es difícil encontrar un equilibrio y es por eso que los políticos, las autoridades, los profesionales, las empresas de tecnología, etc. deben trabajar juntos y rápidamente. La privacidad y la protección de datos son realmente valores agregados para las empresas que generan confianza entre los consumidores y dotan de mayor valor a las marcas que las identifican.

Saludos.