Paraguay tiene un gran desafío por delante en lo que hace a la Protección de Datos Personales. Somos uno de los pocos países de la región que aún no cuenta con una ley integral en la materia.

Como antecedente en nuestra Constitución Nacional encontramos la figura del hábeas data. Ciertamente esta garantía ha sido la herramienta utilizada por las personas físicas en múltiples ocasiones para obtener el acceso y/o rectificación de los datos consignados en registros públicos o privados de carácter público.  

Asimismo, tenemos a la Ley Nº 1682 del año 2001 que reglamenta la información de carácter privado. Desde entonces, dicha norma ha venido sufriendo modificaciones parciales y, en particular en este último año, varios legisladores han presentado diferentes propuestas para su ampliación y modificación. A pesar de ello, la cuestión sigue girando en torno a la información crediticia, excluyendo otros aspectos de igual relevancia que hacen a la materia.

Por otra parte, hace unos meses un grupo de senadores presentó un proyecto de ley denominado De Protección de Datos Personales. Dicho proyecto, aunque pareciera ser más amplio y abarcativo por el nombre, deja algunas dudas con respecto a su contenido sobre ciertos aspectos fundamentales que una ley de tal envergadura debe contemplar.

Paralelamente, hemos formado un grupo de coalición integrado por miembros de asociaciones de profesionales, ONGs, y sociedad civil, en el que hemos estado trabajando a fin de hacer llegar nuestros comentarios referentes al proyecto de ley y a su vez, solicitando se lleven a cabo audiencias públicas y se conformen mesas de trabajo para asegurar un proceso participativo con todos los sectores involucrados.

Si bien celebramos el hecho de que por fin se tenga en agenda este tema tan importante, es fundamental que el texto que vaya a ser aprobado se encuentre en total concordancia con los estándares regionales e internacionales.

En un futuro relativamente cercano, como país, tendremos dos grandes retos: por un lado, a nivel local, la implementación de la Agenda Digital y, por el otro, el posible acuerdo comercial de la Unión Europea con el Mercosur. Ambos proyectos nos exigirán estar a la altura de las circunstancias y definitivamente no podremos afrontarlos sin una legislación moderna y adecuada.

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