Espero que se encuentren bien al igual que sus familias, colaboradores y amigos.

Nunca pensé vivir algo como lo que estamos viviendo con la pandemia de COVID-19, algo realmente devastador que ha paralizado al mundo entero y que lo seguirá paralizando por algunos meses más. Desafortunadamente, esta pandemia ha afectado todo y a todos, pero espero que al final deje también algunas cosas buenas y, estoy segura, que enseñanzas positivas. También creo que reforzará y ayudará a recordar y priorizar ciertos valores, que algunos habíamos dejado al fondo de nuestra lista de prioridades, como: la solidaridad, la hermandad, la paciencia, la capacidad de asombro, la gratitud, etc.

Hoy, tenemos que ajustarnos a una realidad distinta (aunque sea por un tiempo) en la que el contacto social no es posible y en la que el uso de las tecnologías de la información no necesariamente es voluntario sino casi obligatorio. La forma en la que se desarrollaban ciertos negocios se ha tenido que adaptar y echar mano de las funcionalidades que existían pero que tal vez no se conocían o se utilizaban. Algunos otros desafortunadamente no han tenido la misma suerte y han tenido que cerrar. El trabajo desde casa y las clases a distancia son una realidad, con los pros y contras que ello representa. Qué diferente es hacer home office cuando lo deseas y ahora que tienes que hacerlo, tal parece que cuando es voluntario realmente se disfruta.

Con todo lo anterior, las implicaciones en materia de protección de datos personales y privacidad son enormes. ¿Qué es válido y qué no es válido hacer cuando se tiene que controlar el nivel de contagio? ¿Qué información personal pueden compartir los países, hospitales, empleadores, colaboradores y familiares, y a quién, cuando se está ante un caso positivo de COVID-19? ¿Qué plataformas establecen garantías adecuadas para la protección de la privacidad y los datos personales? ¿Qué sitios son aquellos que publican información verídica y fidedigna? Son solo algunas de las interrogantes que se han planteado en las últimas semanas.

Los retos que se tienen que enfrentar son importantes; algunas veces ponderando derechos igualmente fundamentales, como el derecho a la salud y acceso a la información y la protección de datos personales. No dejemos que el miedo y la incertidumbre nos lleven a comunicar, sin medida, datos personales sensibles; acciones que en principio podemos considerar como positivas pueden ocasionar riesgos graves para los titulares e, incluso, discriminación. Los responsables deben establecer un proceso de atención y reporte de casos positivos de COVID-19, respetando los principios de protección de datos personales, sobre todo los de información, calidad y proporcionalidad y los deberes de confidencialidad y seguridad. Varios países ya han dictado recomendaciones en este sentido y los exhortamos a que las revisen antes de tomar medidas en cuanto a la comunicación y divulgación de información personal sensible.

En México, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI, por sus siglas) ha publicado un micrositio en que se dan a conocer las recomendaciones de la autoridad en este sentido, también, a través de sus diversos comunicados, ha informado a padres de familia sobre la existencia de aplicaciones para supervisar el uso de internet de niñas, niños y adolescentes, y ha puesto a disposición algunos otros estudios y recomendaciones que pueden ser consultados en la página del INAI.

La IAPP ha compilado información valiosa al respecto, la cual pueden encontrar en este enlace. En el primer título encontrarán una lista de los países cuyas autoridades de protección de datos han emitido recomendaciones en torno al COVID-19. La lista se irá actualizando en la medida que las autoridades de protección de datos sigan publicando dichas directrices. (Algunas de las ligas contienen información en su idioma original).

Por otro lado, los invito a que sigan de cerca las actividades de la IAPP, pues habrá muchas oportunidades de aprender y mantenerse al día en la realidad que ahora nos ocupa (virtual). El distanciamiento social no será motivo para dejar de convivir, crecer, aprender y seguir con la profesionalización en materia de privacidad y protección de datos personales.

Me despido, no sin antes pedirles que hagan buen uso del tiempo en casa, aprovechándolo en familia y para hacer cosas que probablemente no habían podido hacer por la realidad y velocidad en la que vivíamos inmersos. Cuidémonos y cuidemos a todos los que nos rodean. En la medida en que nos cuidemos todos, esto pasará mucho más rápido, dejando los menos daños posibles.

Les deseo mucha salud, paz y optimismo. ¡Hasta muy pronto!

Atentamente,
Rosa María