¡Buen día!
Ya estamos en marzo de 2021 y parece que todavía falta un rato para que podamos regresar a la nueva normalidad, la vacunación ha empezado, aunque de manera lenta, en muchos de los países latinoamericanos y, en algunos, como México, se ha aprovechado para hacer campaña política. En la desesperación por lograr que nuestros seres queridos (adultos mayores, pues es a quiénes les corresponde en esta primera etapa) sean vacunados, se han divulgado, sin cuestionar, una gran cantidad de datos personales, incluidos datos sensibles, en los diferentes medios de registro e incluso después de recibir una primera dosis, ya sea para dar seguimiento a la misma o, como lo dije antes, con fines electorales u otros que nada tienen que ver con la salud pública.
Es inevitable pensar qué pasará con toda la información personal que se recabe durante esta pandemia. ¿Será que la misma se deje de utilizar cuando haya dejado de ser útil para los propósitos para los cuales fue recabada? Hoy en día se recaba información en todos lados, en las empresas para procurar la salud de todos los empleados, cuando se entra a edificios públicos, locales comerciales, restaurantes e incluso se nos puede llegar a notificar si estuvimos en contacto cercano con un caso positivo, pero ¿nos hemos detenido a pensar si la información que se está recabando es proporcional de acuerdo con el objetivo que se busca alcanzar? ¿Estamos conscientes, como titulares y responsables, de lo que ello implica? No solamente es un riesgo para los responsables, sino también para los titulares, pues si se trata de información sensible, su mal uso puede conllevar discriminación o un riesgo grave para dicho titular.
En momentos de crisis o necesidad un titular no se detiene a pensar qué pasará con su información personal y a dónde irá a dar dicha información, para qué se utilizará y a quién beneficiará, pero es justo ahí donde entra en acción la ética, pues estará en los responsables hacer un análisis profundo al respecto y determinar legalmente los limites del tratamiento de los datos personales.
Después de esta mínima reflexión, los dejo con las contribuciones recibidas de nuestros miembros.
Atentamente,
Rosa María